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La AREV defiende una gestión de las Indicaciones Geográficas vinculada a la Comisión Europea

A través de una carta abierta emitida ayer, firmada por la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV), junto a la Asociación de Regiones Europeas de Productos de Origen (AREPO), la Federación Europea de Vinos de Origen (EFOW) y la antena europea de la Alianza Mundial de Indicaciones Geográficas (oriGIn EU), y dirigida a las Instituciones Europeas, la AREV ha mostrado su preocupación por la aparente dirección que está tomando la próxima reforma de la política de las Indicaciones Geográficas (IG), en cuanto a la posible derivación de la gestión de los pliegos de condiciones a la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO).

A través de este comunicado, las entidades firmantes han solicitado a la Comisión Europea, y más directamente la DG AGRI, que siga participando en la gestión de la política de las IG, dada su profundo conocimiento y comprensión global de las IG de la UE, incluida la promoción del desarrollo rural, la sostenibilidad, la protección exoficio y la negociación de acuerdos bilaterales o multilaterales, que ha venido desarrollando hasta la actualidad, manteniendo todos los matices y trasfondo que conllevan, más allá de una marca, nombre o signo.

La AREV considera que, en lo que respecta a la gestión de las Indicaciones Geográficas, deben tomar parte, siempre, las áreas técnicas especializadas en la materia y no debe ser derivado totalmente, de forma desvinculada y exclusiva, a la EUIPO. En el caso de las IG enmarcadas dentro del ámbito agrícola o agroalimentario, esta función le corresponde a la actual DG AGRI.

El modelo de gestión de las IG que la AREV defiende es perfectamente compatible con el hecho de que, conforme continúe evolucionando el modelo de las IG y los ámbitos en que éstas se desarrollen, evolucione también su sistema de gestión, siempre y cuando continúe existiendo una implicación directa de las áreas técnicas especializadas en el ámbito de que se trate y se garantice el mismo nivel de protección actual, desarrollado bajo espíritu con que fue forjado este modelo, en el seno de la Comisión Europea.