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PAC: La AREV se congratula de una reforma que ofrece visibilidad y estabilidad a las regiones vitivinícolas

La Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) se congratula del acuerdo sobre la reforma de la Política Agrícola Común. Ofrece la estabilidad y la visibilidad necesarias para las regiones vitivinícolas, en un momento en que la viticultura se ha visto fuertemente afectada por las repercusiones económicas de la crisis COVID, por las turbulencias comerciales vinculadas al BREXIT, así como por los riesgos climáticos que han afectado a muchos viñedos.

La AREV se congratula especialmente de la prórroga del régimen de derechos de plantación hasta 2045, lo que permitirá una gestión responsable de la evolución de las superficies. Asimismo, la batalla por el reconocimiento de los viñedos en pendiente ha dado sus frutos, con el esperado reconocimiento, que permitirá reforzar las ayudas a esta modalidad de cultivo..

Los programas operativos, que han demostrado su eficacia, se mantienen, naturalmente y seguirán apoyando la inversión, la promoción y la organización de la profesión. El etiquetado nutricional se hará de forma pragmática y desmaterializada, lo cual es una decisión de sentido común que debería inspirar futuros debates en el marco de la Estrategia «Farm to Fork».

Esta nueva PAC permitirá avanzar en los resultados económicos y medioambientales, en particular a través de inversiones verdes reforzadas y de medidas agroambientales ambiciosas, que dan cabida a la especificidad del viñedo, en particular con la derogación de la obligación de no producir una parte de la tierra, prevista inicialmente por la Comisión y que era impracticable.

La apertura al tratamiento de los vinos desalcoholizados se realizará según procedimientos que quedan por precisar en las futuras actas de aplicación, en el pleno respeto de las normas de la OIV, y la AREV será especialmente vigilante al respecto.

También cabe destacar la posibilidad de movilizar una parte de la dotación de pagos directos para apoyar el desarrollo de herramientas de gestión de riesgos, lo que constituye un importante avance para la difusión de estas herramientas esenciales en un momento de cambio climático.

Los Estados miembros deberían ahora utilizar plenamente las herramientas a su disposición en el marco de los futuros planes estratégicos y la Comisión debería ser reactiva en el uso de las herramientas. También hay que elogiar la labor de la Presidencia portuguesa, que ha desempeñado un papel decisivo en la fase final de las negociaciones, así como la de los eurodiputados Peter Jahr, Anne Sander, Paolo de Castro, Irène Tolleret, Nobert Lins, Christophe Hansen, Herbert Dorfmann y Pina Picierno, que han demostrado una vez más su compromiso con la viticultura europea.

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